La palabra mágica para hacer oposición política en República Dominicana.
Los que ya hemos vivido cierta cantidad de años y los que estudian los procesos políticos del país, somos testigos de una nueva filosofía de la oposición que se resume en que si mi partido está en el poder apoyo cualquier medida tomada por el gobierno, pero si estoy en la oposición me opongo a todo.
Lo anterior viene a cuento porque debido a la crisis de abastecimiento por la pandemia y la escases provocada por la invasión Rusa a Ucrania y el consiguiente aumento de los productos derivados de los cereales junto a la carestía internacional de las materias primas, provocó que se hiciera una gran oposición a la política económica del gobierno aduciendo que los pobres no podían seguir comprando los productos de primera necesidad a los precios en que estaban. Hasta ahí podíamos entender a los opositores. Nunca hablaron de los productores, solo les importaban los consumidores. Pero cuando el gobierno se hace eco y decide importar a tasa cero esos productos para reducir su precio al consumidor o por lo menos para que no siguieran aumentando, los opositores decidieron atacar la vulnerabilidad de los productores nacionales que, según ellos, se irían a la quiebra, desconociendo que, sin importar la cantidad que produzcan, tienen el mercado asegurado para su producción con la gran recuperación del turismo y la gran cantidad de personas que los hoteles deben alimentar.
Si el gobierno decide, de un momento a otro, permitirle importar a los productores, entonces ya no serían los productores el foco de sus ataques, ahora sería la producción, pues “ya nadie querría producir localmente”.
Un caso parecido ocurre con el turismo. Los opositores critican que el gobierno solo se enfoca en el turismo de playa, pero cuando el gobierno decide que el turismo de salud es importante y que hay que incentivarlo, y da facilidades a las clínicas para que tomen préstamos blandos para su desarrollo, entonces dicen que “el gobierno regala dinero”.
Lo malo de todo esto es que, usando las técnicas de psicología de masas y pos verdad, manipulan al pueblo que, inmediatamente, se opone a la medida del gobierno.
De todo lo anterior se desprende que la mejor forma de tener la razón política en República Dominicana es estando en la oposición.